martes, 5 de octubre de 2010

Repaso, como queriendo ordenar el escritorio y ellos no están

Poemas que ya no sé de quien son. Imágenes que no pude retener. El pasado…¿fue tan grande en realidad?

Si ese pasado fue grande de verdad…¿no fue en su momento, mientras pasaba, un presente tan grande como también podría serlo éste?

Siempre fuí un coleccionista de cosas y personas y ahora me pregunto que es lo que puedo hacer con ellas.

Me pregunto:

1) ¿Cómo me las llevo? ¡En donde las meto!

2) Perfecto, supongamos que logro llevármelas. Me las quedo, pero al mismo tiempo me sincero: las personas no son objetos y lo que me estoy llevando va en sentido figurativo, metáforico. Me estoy llevando algo de ellas. Un recuerdo, una anécdota, un pelo, una foto, algo escrito por ellas. Piezas de un rompecabezas. Bien, ¿y que hago con eso? ¡No puedo tocarlos! No puedo ver sus reacciones. No cuento con sus presencias, que a final de cuentas es lo que más cuenta.

Ellos quedaron impregnados (su perfume, sus gestos, una mirada) en las cosas que eran de ellos y ahora me llevo.

Está bien. Me llevo sus cosas. Pero ellos no están.

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