miércoles, 28 de abril de 2010

Tiempos

Se acabó la pasividad.

Es intolerable, inaguantable.

Al interior del cerco de la derrota se fue gestando las ganas de volver a ganar.

De a poquito, resistiendo, cuesta abajo, la esperanzita del hombre despierto, de la revancha, de volver a contar con una oportunidad más (la que siempre tuvimos), fue haciendo más baja la valla que nos volteaba.

El alumno en la clase ya no se puede quedar callado.

Los nuevos sujetos necesitan nuevamente sujetarse en otros, con otros.

El silencio no fue salud. Fue enfermedad. Nos hizo, nos volvió y nos acostumbró a ser estúpidos, como dice Galeano al comienzo de las Venas Abiertas de América Latina, hace más de treinta años.

Ahora, la necesidad de hablar, de decir, de opinar, de debatir ideas, de abrir la boca para algo más que la ingesta cotidiana para vivir y sobrevivir (los que podemos darnos ese lujo) es tan grande que no podrán volver ni tendrán lugar los traidores. Nosotros, éstos cuantos, no permitiremos olvidarnos fácilmente.

Hay una tele que empieza a perder poder. Pierde poder porque del otro lado ya no hay un sujeto resignado que la legitime. Lo que entretenía, lo que era divertido, pasatista, ahora da vergüenza ajena, da asco. Es vomitivo.

En ese pasaje, operado en el riñon de la sociedad que es la familia, donde la tele se ha conformado como la quinta pata de la mesa o como un integrante más, ese dios o sabio escupidor de verdades al que nadie le puede contestar, ha comenzado ha erguirse sobre sus dos patas el sujeto crítico, el tipo o la tipa que pone un freno y dice “No, momento, esto no me representa. No es mi cultura o la cultura que yo quiero”. La cortina de humo del show constante, de la joda eterna, del morbo, de las luces de colores, de las tetas y los culos danzantes se disipa. El sujeto crítico no quiere volver a caer en la trampa de siempre.

Es el sujeto que comienza a pensar y a pensarse por sí mismo. Que va abandonando sus tutores, que progresivamente va dejando la minoría de edad.

El pensamiento que va conformando, si es verdadero, es un viaje de ida nomás, como la vida. El único viaje real hacia una cultura emancipadora. Hacia la libertad.

2 comentarios:

  1. Mirando hacia atrás me doy cuenta de que recién ahora esta sociedad está iniciando un lento proceso de recuperación, después de más de 30 años de democracia. Es increible lo golpeada, desarmada y destruida intelectual y emocionalmente que quedó...

    Paso a contar que encontré este blog después de poner "siguiente blog" un par de veces (nivel importante de aburrimiento), me quedé leyendo porque me pareció interesante (más teniendo en cuenta todo lo que encontré previamente, para más información, entrad a allabouttokio.blogspot.com) y resultó ser que te conozco, vos sos el hermano de Juani! Es decir, Juan Manuel, recién me entero de tu nombre. No creer en las casualidades después de esto va a estar jodido... ah y el que encontré después de este, también está bueno, te lo recomiendo: aurajoon.blogspot.com
    saludos genio! interesante blog!

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  2. Eso lo escribíste vos? Está muy bueno, está para ponerlo en el grupo de los Sun Gods. Es de lo que hablamos siempre con mi amigo Andrés. La TV es la anestesia de la mente que nos mantiene ocupados luego de haber estado ocupados trabajando y pagando impuestos. No queda tiempo para pensar, el poco tiempo que queda se usa para dormir.

    No es nuestro caso por suerte, ya que como dijiste por suerte "La cortina de humo del show constante, de la joda eterna, del morbo, de las luces de colores, de las tetas y los culos danzantes se disipa" o simplemente nunca nos atrajo. Pero la mayoría de las personas vive sumida en eso y están muy muy lejos de salir. Una pena.


    Una frase que recordé:
    Ghandi no era pacifísta... la paz es una atrocidad... Ghandi era un gran guerrero. (Don Juan - De los libros de Carlos Castaneda)

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