Las manos que se aprietan fuertes, la una a la otra, para darse fuerza y coraje y enfrentar juntos la misma situación se vuelven a llamar y a encontrar.
Las lágrimas que te vi salir ayer son las mismas que me salen hoy.
Estamos y seguimos solos, pero acompañándonos.
El tiempo tampoco para para nosotros: el tiempo pasa para acercarnos.
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